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Archive for the ‘China’ Category

El boicot a los JO

No es muy creíble aunque por bien merecido si seria adecuado. Una medida de esa naturaleza, si se pudiera llevar a cabo, desencadenaría un Tsunami comercial de difícil cálculo en sus consecuencias.

Es tal el cúmulo de intereses que hoy se cruzan con la China, que los miramientos que durante la guerra fría se contemplaban, hoy ya no son políticos o estratégicos se cuantifican en millones de €uros.

Patentes, diseños, técnicas, materiales que hoy se mantienen en la cuerda floja de unas protecciones internacionales de difícil salvaguarda, se verían apropiadas, devoradas por la industria china, que es el mayor poder que hoy tiene ese gigante. Lo atómico y bélico ya es de segunda derivada.

Tienen al mundo libre a sus pies y hacen en su casa lo que les conviene, pues la industria y comercio de los que se dicen desarrollados depende de la China.
El mundo, que se cree libre y democrático, ha puesto demasiados huevos en la misma cesta. En esa gran cesta con capacidad de devorar cuanto le quieran ofrecer, como el dragón de las fiestas. En la cual jamás habrá derechos humanos en la medida que desde aquí se conciben.

Los centros de producción , sus obreros, que se alimentan de los países desarrollados, bastantes derechos tienen ya que comen todos los días y tienen una cama donde dormir, y eso es un gran logro para esa gente. ¿Derechos humanos? Ya tienen todos. Y las autoridades lo saben que ese es el camino para seguir cogiendo a occidente por las partes blandas. Y occidente lo sabe, pero no cree lo de las partes blandas. Pero si pregonan el comercio justo los de las esposas olímpicas.
¿Piensan alguien que en China va a ocurrir como actualmente en las fabricas de Renault en Rumanía? La UE. Una huelga de trabajadores reclamando un 50% de incremento salarial y la fábrica parada, la que mas ventas esta produciendo de ese coche el Dacia Logan en Europa.

Si Rumanía no estuviera en la UE seguiría produciendo y nadie se hubiera movido. Por tanto alguien se tiene que dar cuenta y decir que precios bajos, implica salarios bajos, derechos cero y márgenes florecientes. Y por consiguiente que alguien lo tiene que hacer, para seguir viviendo bien aquí. Y la China lo sabe hacer bien y tiene todo siempre en alerta para que nadie se mueva. ¿Que sorpresa se lleva ahora occidente? Los Chinos no entienden nada, se estan riendo a carcajadas.

Era bonito el cartel de los activistas con los aros olímpicos formados con esposas relucientes y en Olympia. Y mas bonito como se dejaron apalear por la policía griega En Atenas. Pero no van al Tibet a enseñarle la pancarta a la policía china. Tampoco estuvieron cuando se le adjudicaron las juegos a la China y los derechos humanos estaban al mismo nivel en ese país que hoy. ¿Los organizadores esperan que China rectifique? Pero que ilusos, se celebraran sin problemas. Todos los occidentales participantes, sus representantes, estarán presentes en la ceremonia de apertura el 8 del 08 del 08 a las 8 H. como esta decidido. Nadie faltara. Hay del que se deslice y quiera aparecer como aquel que paro el tanque en la Plaza de Tiananmen en el 89.

El negocio de China es mantener su nivel de salarios, como el negocio de Fidel, lo que pasa es que Fidel no fabrica nada solo pone el suelo y la mano de obra, el clima le da el resto y USA le ayuda con el embargo, sin este, a nadie le podría echar la culpa de su ruina. ¿Se imaginan un embargo a China de esas características y todas las industrias y comercios de occidente cerrados por no recibir productos, ni ordenadores, ni piezas, ni chatarras, y los mercadillos sin mercancías? ¿Y los puertos? Y esos porta- contenedores como ciudades de mil pisos y esos transportistas y todo lo que la China gobierna en el mundo.

Si levantara la cabeza Gengis Khan y viera su vastísimo imperio conquistado simplemente con inmensos contenedores lleno de mercaderías, mejores soldados que los del Caballo de Troya, sin soldada ni ración y Marco Polo su soñada globalización, seguro que tampoco entendería lo de las relucientes esposas olímpicas. Pues sin ellas no viviría bien occidente.

Emilio Castellote Madrid.

La hoja de ruta de China

18 abril 2006 1 comentario

Joseph Stiglitz  

China está a punto de adoptar su undécimo plan quinquenal, fijando el escenario para la continuación de probablemente la más notable transformación económica de la historia, mientras mejora la situación material de casi un cuarto de la población mundial. Nunca antes el mundo había visto un crecimiento así de sostenido; nunca antes ha habido un nivel tal de reducción de la pobreza.

Parte del prolongado éxito de China ha sido su combinación casi única de pragmatismo y visión. Mientras gran parte del mundo en desarrollo, siguiendo las directrices del Consenso de Washington, se ha orientado a una quijotesca cruzada por un mayor PGB, una vez más China ha dejado en claro que busca aumentos sustentables y más equitativos en los estándares de vida reales.

China se da cuenta de que ha entrado en una fase de desarrollo económico que está significando enormes —e insostenibles— exigencias sobre el medio ambiente. A menos que haya un cambio de rumbo, los estándares de vida terminarán viéndose afectados. Por esta razón, el nuevo plan de cinco años pone gran énfasis en el medio ambiente.

Varias de las zonas más atrasadas de China han estado creciendo a un ritmo que sería prodigioso, si no fuera por el hecho de que algunas partes del país están creciendo incluso más rápido. Si bien esto ha reducido la pobreza, ha aumentado la desigualdad, con cada vez mayores disparidades entre las áreas rurales y urbanas, y entre las zonas costeras y el interior.

El Informe de Desarrollo del Banco Mundial de este año explica por qué la desigualdad —y no sólo la pobreza— debe ser una preocupación, y el undécimo plan quinquenal de China ataca el problema de frente. Por varios años el gobierno ha hablado de una sociedad más armoniosa, y el plan describe ambiciosos programas para lograrlo.

Además, China reconoce que lo que separa a los países menos desarrollados de los desarrollados no es sólo una brecha en los ingresos, sino también una brecha en el conocimiento. De modo que ha diseñado un audaz plan no sólo para reducirla, sino además crear una base para la innovación independiente.

El papel de China en el mundo y en la economía mundial ha cambiado, y el plan también lo refleja. Su crecimiento futuro tendrá que estar basado más en la demanda interna que en las exportaciones, lo que exigirá un aumento del consumo. De hecho, China tiene un problema poco común: un nivel de ahorro excesivo. La gente ahorra en parte debido a la debilidad de los programas de seguridad social del gobierno; el fortalecimiento de la seguridad social (pensiones) y la salud pública simultáneamente reducirá las desigualdades sociales, aumentará la sensación de bienestar de los ciudadanos y promoverá el consumo actual.

Si tienen éxito (y hasta ahora China ha superado incluso sus propias expectativas), estos ajustes pueden significar enormes presiones sobre un sistema económico global que ya se encuentra descompensado debido a los enormes desequilibrios fiscales y comerciales de EE.UU. Si China ahorra menos —y si, como han anunciado sus autoridades, busca llevar a cabo una política más diversificada de inversión de sus reservas—, ¿quién financiará los más de $2 mil millones diarios de déficit comercial de EE.UU.? Se trata de un tema para otra ocasión, pero puede que ese día no esté muy lejos.

Con una visión así de clara sobre el futuro, el reto será implementarla. China es un país grande, y no podría haber logrado el éxito que ha tenido sin una descentralización generalizada. Pero las descentralizaciones plantean sus propios problemas.

Por ejemplo, los gases de invernadero son problemas globales. Mientras EE.UU. dice que no se puede permitir hacer nada al respecto, las altas autoridades de China han actuado de manera más responsable. Dentro del mes posterior a la adopción del plan, se impusieron nuevos impuestos ambientales sobre los automóviles, la gasolina y los productos forestales.

China utilizó mecanismos basados en el mercado para abordar los problemas medio ambientales suyos y globales. Sin embargo, las presiones sobre las autoridades de los gobiernos locales para que creen crecimiento económico y empleos serán enormes. Se verán muy tentados a aducir que si EE.UU. no puede producir de un modo que preserve el planeta, ¿cómo podrían hacerlo ellos? Para traducir su visión a acciones, el gobierno chino necesitará sólidas políticas, como los impuestos medio ambientales que acaba de aplicar.

Al avanzar hacia una economía de mercado, China ha desarrollado algunos de los problemas que han afectado repetidamente a los países desarrollados: intereses particulares que disfrazan sus argumentos egoístas tras un tenue velo de ideología de mercado.

Algunos argumentarán a favor de la economía del derrame: no nos preocupemos por los pobres, ya que finalmente todos terminarán beneficiándose del crecimiento. Y algunos se opondrán a las políticas sobre competencia y a la existencia de sólidas leyes sobre el manejo de las corporaciones: dejemos actuar la ley de la supervivencia darwiniana. Se plantearán argumentos centrados en el crecimiento para oponerse a la existencia de políticas sociales y medio ambientales sólidas.

Estas supuestas políticas pro-crecimiento no sólo no lo crearían, sino que pueden amenazar la visión misma del futuro de China. Hay una sola manera de evitarlo: un debate abierto de las políticas económicas, con el fin de poner al descubierto las falacias y dar espacio para que surjan soluciones creativas a los muchos retos que enfrenta China hoy en día.

Las economías de mercado no se regulan por sí mismas. No se pueden simplemente dejar en piloto automático, especialmente si uno quiere asegurarse de que todos disfruten de los beneficios. Sin embargo, no es fácil administrar una economía de mercado. Como un malabarista, se debe responder constantemente para equilibrar los cambios económicos. El undécimo plan quinquenal de China da una hoja de ruta para esa respuesta. El mundo observa con asombro y esperanza a medida que las vidas de 1,3 mil millones de personas continúan transformándose.

Premio Nobel de Economía, fue presidente del Consejo de Asesores Económicos del presidente Clinton y economista en jefe y vicepresidente senior del Banco Mundial.Copyright: Project Syndicate, 2006. http://www.project-syndicate.org.

China: Juego sucio en la carrera para ocupar los primeros puestos del comercio mundial

Rebanadas de Realidad – Bruselas, 3 de abril de 2006:

Mientras van recrudeciendo las turbulencias políticas por la posibilidad de que la UE y los Estados Unidos aúnen sus fuerzas para combatir las políticas comerciales de China en la OMC, la CIOSL dio a conocer en el día de la fecha dos informes recordando a la OMC que la misma población de China es una de las principales víctimas de sus prácticas comerciales desleales. Según los informes, el ingreso de China a la OMC se hizo con un alto costo para el país mismo y sus trabajadores y trabajadoras.

Esos informes, dados a conocer coincidiendo con una revisión de las políticas comerciales de China que la OMC lleva a cabo en Ginebra los días 4 y 6 de abril, destacan que la competitividad de China se basa en los salarios de explotación que paga a sus trabajadores, quienes no tienen derecho de sindicalizarse libremente, de formar sindicatos independientes ni de llevar a cabo negociaciones colectivas.

Aunque los salarios mínimos chinos son ya bajísimos -44 US$ en una de las regiones de exportaciones de mayor éxito-, los estudios demuestran que los salarios promedio en el sector de manufactura ascienden nada más que de 38 a 75 por ciento del mínimo.

"Mientras los líderes mundiales acusan de juego sucio a China por las tarifas que tiene sobre uno u otro producto, nadie presta atención al principal efecto de esa forma de actuar: el hecho de que sus políticas están perjudicando primero y principal a su propia gente", dijo Guy Ryder, Secretario General de la CIOSL.

"Cuando los trabajadores no tienen derecho de estar representados, de negociar unidos ni de hacer huelga son un blanco fácil para quienes desean sacar el mayor fruto posible de su trabajo pagándoles el menor precio posible. Esto es lo que sucede en China y por eso las exportaciones baratas de ese país están invadiendo el resto del mundo. En la terminología que utiliza la OMC, esta práctica puede realmente calificarse de "distorsión del comercio", agregó Ryder.

"Esta denegación de los derechos de los trabajadores, que viola una de las nociones básicas de la democracia, no hace sino que crezca el descontento social. La utilización gubernamental de tácticas antisindicales, como represión de medidas de fuerza y encarcelamiento de las personas que defienden los derechos de los trabajadores aviva las llamas de lo que está perfilándose como una gran amenaza para su propio predominio."

A pesar de los esfuerzos de las autoridades chinas por mantener tranquilos a los trabajadores, los conflictos laborales están aumentando. Desde 1995 hasta 2004, los juicios laborales de Shanghai se septuplicaron ascendiendo a más de 18.000 casos, según los datos gubernamentales. Y otro estudio muestra que la cantidad de conflictos laborales en todo el país subió a más del quíntuplo, pasando de 33.000 casos referidos a 123.000 personas en 1993 a 184.000 casos referidos a 608.000 personas en 2002. Según las cifras del Ministerio de Seguridad Pública, las "protestas o incidentes masivos" -lo que abarca disturbios, manifestaciones y peticiones colectivas- aumentaron de 58.000 en 2003 a 74.000 en 2004.

Contrariamente al convencimiento generalizado en el mundo, la pertenencia a la OMC le deja un resabio amargo a la mayoría de la población china y el Banco Mundial estima que en las tres cuartas partes de los hogares rurales está disminuyendo el nivel de vida. El país tiene tantos nuevos desempleados como el resto del mundo entero y tendrá que crear 300 millones de nuevos puestos de trabajo durante la próxima década para evitar que el desempleo ascienda a niveles imposibles de soportar. Alrededor de 250 millones de personas, 16,6 por ciento de su población, siguen viviendo con menos de US$1 diario y casi 700 millones de personas, es decir, el 47 por ciento de la población, lo hace con menos de US$ 2 diarios.

Ryder finalizó diciendo: "En el lapso de apenas dos décadas, China se ha convertido en el país menos equitativo del mundo. La experiencia de China muestra que la liberalización comercial sola y el éxito en los mercados de exportación no traen consigo progreso social ni desarrollo. Esto no hace sino reforzar lo que nosotros sostenemos, que la agenda comercial debe girar en torno al trabajo decente."

Categorías: China, Trabajo

Pasado, presente y futuro de China: ¿De semicolonia a potencia mundial?

James Petras

La Haine

Introducción

El consenso general es que China está surgiendo como la próxima gran superpotencia económica. A pesar de la creciente consciencia de graves problemas ecológicos y del reconocimiento ocasional de las crecientes desigualdades sociales, muchos escritores prevén que China (y últimamente India) serán las próximas potencias mundiales, desafiando y superando a Japón, Europa y Estados Unidos.

Este ensayo plantea serias cuestiones metodológicas, conceptuales, históricas y empíricas acerca de la noción de China como próxima superpotencia mundial. Sin negar el tremendo aumento de exportaciones, inversiones y crecimiento, este trabajo se centra en una pregunta más básica: ¿Cuál es el carácter de las principales unidades de análisis responsables de esta expansión, y como lo proyectan en el futuro?. Esta no es una cuestión semántica, sino de método y claridad conceptual, sin los cuales no podemos entender exactamente quiénes son los ‘agentes’ de crecimiento y transformación. Ello requiere que vayamos más allá de etiquetas nacionales simplistas para identificar el carácter sociopolítico de las unidades económicas que actúan dentro de China y en particular las más dinámicas de estas unidades en términos de su futuro poder.

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Categorías: China, James Petras